En SUEÑOS SUSPENDIDOS el nuevo poemario de Andrea Marín la
autora se presenta/se muestra como pasajera/viajera/buceadora de lo que hay más
allá de lo tangible, de lo palpable. Ella se posiciona desde el lugar de
espectadora pero espectadora de su propia existencia, de sus propios anhelos y
desvelos. Leemos “Ya no escribo a deshoras/ simplemente/escribo a destiempo./Me
percibo extemporánea/de mi aldea,” y es la actriz y es la que observa, siempre en una intersección
con el espacio que la rodea, con el cosmos, el universo.
Andrea es una mujer noctámbula, al menos la percibo así en
este poemario. No es casual que las palabras Noche, Luna, Creación invadan a
cada instante al lector, tampoco es casual el título interrelacionándose con
estas palabras.
Andrea es mujer y es amante y es hija y es madre y es por
momentos solitaria, triste, vivaz y alegre. Leemos “ Puedo ser una farsa
continuada/Puedo ser todo/Puedo ser nada” y aquí ella se define desde las dos aristas que conforman
al ser, se complementa, se yergue desde los extremos.
También hay poemas de fino y equilibrado erotismo, leemos
“Tus dedos/dieron vuelo a mis senos/y vida/al ocaso de mis hombros” o “Anoche
fui alma/Fui sexo/Fui vida en tu altar” y otra vez la Noche como testigo, como
cómplice, como compañía. Desde la sutileza de lo erótico, desde el mismo deseo,
desde lo sexual y amoroso, la autora también nos muestra otra faceta, otra de sus
aristas.
Poemario bello, donde la muerte, como parte de lo
vital, lacera, separa, arranca a seres
amados. Hay poemas homenajes a Daniel Boggio, o a Charito, su madre, o versos
que recuerdan a su padre como los que dicen “Mi sombra es mi padre/que saluda/y
ya no duele” y con belleza, la poeta, pareciera que desde la palabra logra
asumir las ausencias, afrontar las despedidas que duelen y resurgir siempre
resurgir para elevar los pasos, retomar el camino.
Paul Celan dice en su poema EL OTRO “Heridas más profundas
que a mí/Te causó el silencio” y estoy convencido que después de escribir,
después de presentar un poemario, después de cada bautismo poético, todos los
que escribimos de alguna manera vencemos al silencio quedando menos heridos.
Estoy seguro que Andrea Marín, que es poeta, sentirá después de expresarse,
después de este libro, después de este legado el alma más liviana, los dolores
menos dolores, las ausencias menos ausencias, así es la Poesía, la que nos
salva, nos cautiva y eterniza.
Gustavo Tisocco
Excelente crítica Gustavo. Sueños suspendidos de Andrea Marín es un bellísimo poemario escrito desde lo visceral.
ResponderEliminarVilma Sastre
Excelente crítica Gustavo. Sueños suspendidos de Andrea Marín es un bellísimo poemario escrito desde lo visceral.
ResponderEliminarpoesías escuchadas en los encuentros y ahora suspendidos en las hojas. Un placer.
ResponderEliminarAbrazo