Mónica Angelino
Ed: La Luna Que
Año 2014
Se ha escrito mucho en Poesía del dolor. Pero escribir del
dolor desde el dolor como lo hace Mónica Angelino logra que estos poemas tengan
la validez de un testamento, escribir desde el dolor con la belleza de estos
versos que hoy Mónica nos presenta hace sublime su entrega, su vida toda, su
lucha. GUERRERA título que Mónica merece como se merecen los nombres sagrados,
título que la representa. Guerrera como la Reina Boudica, como Zenobia de
Palmira, como Artemisia, como una amazona, pero a diferencia de ellas no es la
muerte lo que aquí impera sino la vida misma, toda la vida.
Mónica escribe con dolor, ese dolor cotidiano que le
pertenece, ese dolor que personas como ella llevan con fortaleza y entonces
escribe:
me planto en la vereda del quiero
y me pongo la casaca de guerrera
armada hasta el calcáneo
de poesía.
parada en el dolor que apuntala
las piernas como maderos
Pero la autora no se queda en la victimización, ella nace y
renace en sus dolencias, en lo que le fue asignado, sabe de amores y de caricias,
sabe que es contenida y contenedora, entonces no se queda quieta y lucha, desde
sus flaquezas lucha, desde su valentía, desde lo pequeña y gigante que ella es
y escribe:
por cada instante muerto que me acerca a la muerte
guardo una flor.
hay que gritar
el silencio
es cosa de la muerte.
Y transforma en legado todos los versos, cada estrofa, cada
punto de este libro GUERRERA.
Mónica sabe del secreto de las historias personales,
aquellas que nos construyen o de-construyen, aquellas historias por la que
fuimos moldeados, los eventos kármicos con los que fuimos condenados/bendecidos
y escribe
más tarde o más temprano
siempre volvemos
a buscar
los olvidados juguetes.
Ella sabe de fragilidad y broncas también, no se resigna a
lo pautado, le duele el cuerpo y también el destino y por momentos sufre porque
es de luchadoras reconocerse también vulnerables y escribe
quebracho duro
en llamas
ahora
un montón de carbón y cenizas soy
Ironiza con su presente, con lo que fue asignado, pero
reitero jamás se victimiza y aunque transite la ira transita mucho más la
esperanza, el asumir lo que le toca y leemos:
no vale este juego de barajas
me escondieron los ases
(siempre el póquer es del otro)
O Cuando leemos
la realidad siempre es trágica
hay que atravesar las murallas
como si no existieran
como si no supieras
que las paredes
van a caérsete encima
sí o sí
Ella no se agota y vuelve siempre vuelve a levantarse,
ejemplo de amor para sus nietos, para sus hijos y su familia toda, ejemplo de
fortaleza para los que la queremos y admiramos, despliega las alas que solo
seres sublimes y nobles poseen y abre puertas, recorre senderos y vive surcando
osadías y leemos por ejemplo
sé que tengo vocales que aún
no he pronunciado
con/sonantes huérfanas azules
y es un barco mi h
en los mudos ríos de la boca
o dice
a sangre llena gritar gritar
muévanse los cimientos de la duda los revoques
hasta quedar afónica
que se parta la tierra que tiemble
la arteria inflamada de abismos
En un mundo donde la violencia impera, la desazón, el abandono al prójimo,
en un mundo de guerras y olvidos, en un mundo donde percatarse del otro parece
algo lejano e inalcanzable Mónica escribe:
hasta aquí
llegué
con estas cansadas
flores
estos marchitos
huesos
arrepentida
de nada.
O leemos:
kereme sin palabras ke el agua está muy fría
kereme ke otra vez estoy muy triste
kereme y no te kulpo
si te mueres.
He tenido la oportunidad de presentar muchos libros, los
poetas escribimos de tristezas y melancolías, escribimos del amor y de las
luchas cotidianas, escribimos lo que otros por ahí no observan, pero este libro
en particular GUERRERA de Mónica Angelino a mí me conmueve, me conmociona y
moviliza, me eleva a la hermosura, porque aunque es un libro duro sé que está
escrito, reitero, desde las vivencias de la autora, de lo cotidiano de su casa,
de sus heridas, de sus desgarros, de sus afrentas. Mónica logra crear hoy un
tesoro, un tesoro de amor, un tesoro para percatarnos del otro para el otro, un
legado de fortaleza y humanidad, un testimonio que desde lo arduo impregna al
lector de fuerza, porque ella desde su pequeñez es enorme y es fuerte y es
maravillosa y nos invita a andar, pese a todo nos invita a andar y leemos
entonces:
con un pájaro muerto
en el párpado izquierdo
y otro
en el derecho
también
así voy
o cuando dice
y con un verso libre bajo el brazo y un puñado
de verbos raspando mis amígdalas
miré hacía la calle
ya es hora de sacar a pasear los huesos
-me dije-
y abrí la lápida donde tejían
húmedas y amarillas
sus mortajas
las culebras.
Solo nos queda guardar silencio, dejarnos invadir por esta
poesía valiosa y valiente que hoy Mónica nos presenta, saber que no sólo
tendremos un libro de Poesía sinó que seremos parte de la autora, gota de
sangre de su sangre, alarido de su cuerpo y esperanza sobre todo, esperanza de
que pese a lo tenebroso del camino siempre pero siempre detrás del árbol más
oscuro renace la luz inmensa y transparente.
Gracias Mónica por escribir lo que sos, lo que te pasa, por
ser vos en cada letra, por ser vos la testigo y confidente en cada texto. Gracias…!!!
Gustavo Tisocco
He leído las poesías de Mónica, la he escuchado algunas veces y esta reseña estremece hasta la célula más pequeña. Gracias a Mónica por sus versos, y a vos Gustavo por este puente hacia su libro.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Gus y gracias también a la vida por "Las bellas palabras".
ResponderEliminarTe quiero.
Besossssssss
Gracias, Gus, amigo mío y también gracias por "Las bellas palabras".
ResponderEliminarTe quiero!
Besossssss
¡Muy buen comentario, Gus, y una poesía bella y vigorosa!! Felicitaciones!!
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