domingo, 29 de noviembre de 2015

DOS ESTACIONES Y MEDIA de Liliana Teresa Chavez

DOS ESTACIONES Y MEDIA
Liliana Teresa Chavez
Ed. El Mensú Ediciones
Año 2012

Estos poemas de Liliana Chavez breves y dolorosos son un testamento de amor, de belleza, pese al cansancio y a la tristeza. Pareciera que como una dulce flor, después del hondo silencio, ese que bordeaba la cama, después de los quejidos como trozos de vidrios, después del mismo llanto y de la bronca, emergiera entera y sabia, humana y liviana. Porque la poeta no se queda en las cenizas de un tiempo difícil y resurge como un brote recién reverdecido y escribe y transforma lo penoso en exquisitez.

En el primer poema dice “Adentro madre me habitará por siempre el amor” y solamente alguien amoroso y vulnerable, sensible y mágico puede expresar lo que Liliana hoy nos da en DOS ESTACIONES Y MEDIA.

Gracias por la hermosura, por la emoción.

Gustavo Tisocco





SUEÑOS SUSPENDIDOS de Andrea Marin

SUEÑOS SUSPENDIDOS
Andrea Marin
Ed. Circular
Año 2015

En SUEÑOS SUSPENDIDOS el nuevo poemario de Andrea Marín la autora se presenta/se muestra como pasajera/viajera/buceadora de lo que hay más allá de lo tangible, de lo palpable. Ella se posiciona desde el lugar de espectadora pero espectadora de su propia existencia, de sus propios anhelos y desvelos. Leemos “Ya no escribo a deshoras/ simplemente/escribo a destiempo./Me percibo extemporánea/de mi aldea,” y es la actriz y es  la que observa, siempre en una intersección con el espacio que la rodea, con el cosmos, el universo.
Andrea es una mujer noctámbula, al menos la percibo así en este poemario. No es casual que las palabras Noche, Luna, Creación invadan a cada instante al lector, tampoco es casual el título interrelacionándose con estas palabras.
Andrea es mujer y es amante y es hija y es madre y es por momentos solitaria, triste, vivaz y alegre. Leemos “ Puedo ser una farsa continuada/Puedo ser todo/Puedo ser nada” y aquí ella  se define desde las dos aristas que conforman al ser, se complementa, se yergue desde los extremos.
También hay poemas de fino y equilibrado erotismo, leemos “Tus dedos/dieron vuelo a mis senos/y vida/al ocaso de mis hombros” o “Anoche fui alma/Fui sexo/Fui vida en tu altar” y otra vez la Noche como testigo, como cómplice, como compañía. Desde la sutileza de lo erótico, desde el mismo deseo, desde lo sexual y amoroso, la autora también nos muestra otra faceta, otra de sus aristas.
Poemario bello, donde la muerte, como parte de lo vital,  lacera, separa, arranca a seres amados. Hay poemas homenajes a Daniel Boggio, o a Charito, su madre, o versos que recuerdan a su padre como los que dicen “Mi sombra es mi padre/que saluda/y ya no duele” y con belleza, la poeta, pareciera que desde la palabra logra asumir las ausencias, afrontar las despedidas que duelen y resurgir siempre resurgir para elevar los pasos, retomar el camino.

Paul Celan dice en su poema EL OTRO “Heridas más profundas que a mí/Te causó el silencio” y estoy convencido que después de escribir, después de presentar un poemario, después de cada bautismo poético, todos los que escribimos de alguna manera vencemos al silencio quedando menos heridos. Estoy seguro que Andrea Marín, que es poeta, sentirá después de expresarse, después de este libro, después de este legado el alma más liviana, los dolores menos dolores, las ausencias menos ausencias, así es la Poesía, la que nos salva, nos cautiva y eterniza.


Gustavo Tisocco



                                                    




miércoles, 25 de noviembre de 2015

GUERRERA de Mónica Angelino

GUERRERA
Mónica Angelino
Ed: La Luna Que
Año 2014

Se ha escrito mucho en Poesía del dolor. Pero escribir del dolor desde el dolor como lo hace Mónica Angelino logra que estos poemas tengan la validez de un testamento, escribir desde el dolor con la belleza de estos versos que hoy Mónica nos presenta hace sublime su entrega, su vida toda, su lucha. GUERRERA título que Mónica merece como se merecen los nombres sagrados, título que la representa. Guerrera como la Reina Boudica, como Zenobia de Palmira, como Artemisia, como una amazona, pero a diferencia de ellas no es la muerte lo que aquí impera sino la vida misma, toda la vida.

Mónica escribe con dolor, ese dolor cotidiano que le pertenece, ese dolor que personas como ella llevan con fortaleza y entonces escribe:

me planto en la vereda del quiero
y me pongo la casaca de guerrera
armada hasta el calcáneo

de poesía.
parada en el dolor que apuntala
las piernas como maderos

Pero la autora no se queda en la victimización, ella nace y renace en sus dolencias, en lo que le fue asignado, sabe de amores y de caricias, sabe que es contenida y contenedora, entonces no se queda quieta y lucha, desde sus flaquezas lucha, desde su valentía, desde lo pequeña y gigante que ella es y escribe:

por cada instante muerto que me acerca a la muerte
guardo una flor.

hay que gritar
el silencio
es cosa de la muerte.

Y transforma en legado todos los versos, cada estrofa, cada punto de este libro GUERRERA.
Mónica sabe del secreto de las historias personales, aquellas que nos construyen o de-construyen, aquellas historias por la que fuimos moldeados, los eventos kármicos con los que fuimos condenados/bendecidos y escribe

más tarde o más temprano
siempre volvemos
a buscar
los olvidados juguetes.

Ella sabe de fragilidad y broncas también, no se resigna a lo pautado, le duele el cuerpo y también el destino y por momentos sufre porque es de luchadoras reconocerse también vulnerables y escribe

quebracho duro
en llamas

ahora
un montón de carbón y cenizas soy

Ironiza con su presente, con lo que fue asignado, pero reitero jamás se victimiza y aunque transite la ira transita mucho más la esperanza, el asumir lo que le toca y leemos:

no vale este juego de barajas
me escondieron los ases
(siempre el póquer es del otro)

O Cuando leemos

la realidad siempre es trágica
hay que atravesar las murallas
como si no existieran
como si no supieras
que las paredes
van a caérsete encima
sí o sí


Ella no se agota y vuelve siempre vuelve a levantarse, ejemplo de amor para sus nietos, para sus hijos y su familia toda, ejemplo de fortaleza para los que la queremos y admiramos, despliega las alas que solo seres sublimes y nobles poseen y abre puertas, recorre senderos y vive surcando osadías y leemos por ejemplo

sé que tengo vocales que aún
no  he pronunciado
con/sonantes huérfanas azules
y es un barco mi h
en los mudos ríos de la boca

o dice

a sangre llena gritar gritar
muévanse los cimientos de la duda    los revoques
hasta quedar afónica
que se parta la tierra que tiemble
la arteria inflamada de abismos 

En un mundo donde la violencia  impera, la desazón, el abandono al prójimo, en un mundo de guerras y olvidos, en un mundo donde percatarse del otro parece algo lejano e inalcanzable Mónica escribe:

hasta aquí
llegué

con estas cansadas

flores

estos marchitos
huesos

arrepentida

de nada.     

O leemos:

kereme sin palabras ke el agua está muy fría
kereme ke otra vez estoy muy triste
kereme y no te kulpo

si te mueres.


He tenido la oportunidad de presentar muchos libros, los poetas escribimos de tristezas y melancolías, escribimos del amor y de las luchas cotidianas, escribimos lo que otros por ahí no observan, pero este libro en particular GUERRERA de Mónica Angelino a mí me conmueve, me conmociona y moviliza, me eleva a la hermosura, porque aunque es un libro duro sé que está escrito, reitero, desde las vivencias de la autora, de lo cotidiano de su casa, de sus heridas, de sus desgarros, de sus afrentas. Mónica logra crear hoy un tesoro, un tesoro de amor, un tesoro para percatarnos del otro para el otro, un legado de fortaleza y humanidad, un testimonio que desde lo arduo impregna al lector de fuerza, porque ella desde su pequeñez es enorme y es fuerte y es maravillosa y nos invita a andar, pese a todo nos invita a andar y leemos entonces:

con un pájaro muerto

en el párpado izquierdo
y otro
en el derecho
también

así voy

o cuando dice

y con un verso libre bajo el brazo y un puñado
de verbos raspando mis amígdalas
miré hacía la calle
ya es hora de sacar a pasear los huesos
-me dije-
y abrí la lápida donde tejían
húmedas y amarillas
sus mortajas

las culebras.

Solo nos queda guardar silencio, dejarnos invadir por esta poesía valiosa y valiente que hoy Mónica nos presenta, saber que no sólo tendremos un libro de Poesía sinó que seremos parte de la autora, gota de sangre de su sangre, alarido de su cuerpo y esperanza sobre todo, esperanza de que pese a lo tenebroso del camino siempre pero siempre detrás del árbol más oscuro renace la luz inmensa y transparente.

Gracias Mónica por escribir lo que sos, lo que te pasa, por ser vos en cada letra, por ser vos la testigo y confidente en cada texto.   Gracias…!!!



Gustavo Tisocco







SIN IR MÁS LEJOS de Alicia Márquez

SIN IR MÁS LEJOS
Alicia Márquez
Ed. Ruinas Circulares
Premio Edición Poesía 2014

Alicia es madre, es mujer, fue niña, es actriz, le duele su alrededor, tiene nostalgia del pasado pero siempre su optimismo impera por sobre todo. En este poemario aparece ella en todas sus facetas, ella que sobre todo las cosas es Poeta escribe con belleza la vida misma. SIN IR MÁS LEJOS un libro precioso, un libro para leer y releer con afán y con alegría, para abrir los ojos también y para saber que con Poesía también se puede decir lo que salva, lo que se guarda en la memoria. Hermoso Libro.
Gracias Ali.








miércoles, 18 de noviembre de 2015

SOMBRERO DE CARDOS de Alicia Corrado Mélin


ALICIA CORRADO MELIN
Sombrero de Cardos
Ed. Alma de diamante
Año 2013


HERIDA Y CICATRIZ  (Mi prólogo)

No es casual que Alicia Corrado Mélin en un poema culmine diciendo  “hasta quedarse sombrero/y así no pensarte” y me remite la imagen al título de este bello poemario Sombrero de Cardos y será porque personalmente asocio a los cardos con la soledad, con la desazón, con la tristeza que percibí desde el inicio estas sensaciones, que seguramente impregnarán también al lector. El cardo desde su violeta también es trasmutación y esperanza, además de ser usado por los magos celtas como varita, de ahí tal vez la magia, lo ancestral.
Libro dividido en cuatro etapas o fracciones “Recreo”; “Carnaval””Atrapa sueños” y  “Segmentos”.
Desde el primer verso Alicia nos dice “Allá lejos, aroma a lavandas olvidadas…” y nos traslada de inmediato a lo que ya no está, a lo perdido. Un poemario donde la infancia sucumbió y ya no existe pareciera el país de las maravillas, donde se extravió aquella sortija, donde la anciana niña olvida manos y voces porque el viento del sur se llevó la infancia y entonces una melancolía abruma y enmudece, porque en estos enormes poemas que Alicia hoy nos deja estarán siempre los adioses, los disfraces, los nomeolvides, como así la presencia de sus seres queridos que están o estuvieron en su biografía. En esta obra duele el Presente, propio o ajeno, así lo percibo cuando leo frases como “así me ahuyento”, “este abril/cayéndose a migajas”; “No se discute en este lugar” o “esperando una lluvia/que demora” y es tal vez esta lluvia la clave, un destello esperanzador, una promesa.
Pero el desamparo vuelve una y otra vez en cada página y a la autora le apena también el afuera, porque es poeta y es sensible, es solidaria, entonces escribe a los desamparados, a los vagabundos, a los indefensos  con aroma a perro húmedo, a los muñequitos embarrados, a los de pies negros que transitan este Carnaval que es vivir. Saber mirar es la consigna que la autora le deja al lector.
En la última parte del libro la poeta dice “No sé dónde está tu cara/llegaron y borraron tu nombre” y se ahonda más la ausencia, se fortalece el vacío, porque hay amores, instantes que no retornarán y es cuando escribe  “viendo fotos de miga rancia” que nos lleva nuevamente al pasado, a la nostalgia. En otro verso dice “Brazos, piernas, rostro, desparramados” y me vuelve una y otra vez la misma sensación que me embargó en todo el libro.

Un poemario bello, porque del dolor surgen las bellas palabras, de las vivencias surgen los bellos poemas, del compromiso y la responsabilidad surgen los legados de luz. Y este poemario es un legado, donde la autora habita en cada letra poniendo la herida y la cicatriz. Alicia es vulnerable y fuerte, por momentos bajita y en otros gigante, habita la sed, conoce soles y sombras, sabe sobre todo lo que es la tierra y el cosmos.
Transitemos pues este testamento poético que nos deja hoy Alicia Corrado Mélin y disfrutemos.

Gustavo Tisocco
Noviembre 2013








CARTAS DE CERA de María Lanese

MARÍA LANESE
Cartas de cera
Ed. Huesos de jibia
Año 2015


Nostalgias del pasado, traídos al hoy de Lanese con la belleza que la buena escritura puede dar.  Hay dolores y caricias, partidas y llegadas, valoración de los que se fueron dejándonos colmados de su historia, de sus abrazos. Un Libro/Legado de esos que se rozan con los dedos y transmiten dulzura y compromiso, recuerdos que son luces perennes en quien lo escribió y en quien los  lee ahora. Gracias María por ser tan verdadera.